sábado, 26 de junio de 2010

Onda Vaga / Fuerte y Caliente (CD)

Onda Vaga es el nuevo paraíso de Nacho y Marce (ambos ex Doris), Tomi y el Negro Marcos (ambos Michael Mike) y Germán (Satélite Kingston, Pablo Dacal y Me Darás Mil Hijos), privado de enchufes, sonido y ensayos. “I’m vago!”, cantan (mejor dicho, aúllan) los cinco, como perros, levantando sus hocicos al cielo, mientras declaman orgullosos su holgazanería. Tocan sentados en semicírculo, iluminados por las velas, mientras se van cambiando los instrumentos, las guitarras, las maracas, la pianica y las palmas. Rotan sus lugares y cantan todos juntos, sin cajas que intermedien entre el público y sus voces, que pelan desnudas de la mejor forma que pueden.
Hartos de las condiciones que exigen los lugares para tocar, crearon su propia banda desenchufada, donde tocan canciones propias viejas, rescatadas del baúl de la adolescencia, más otras que no fueron grabadas en sus respectivos grupos paralelos, más algunos covers ignotos recontra reversionados, como el los Ramones, Tom Zé o el cantautor uruguayo El Príncipe. “La fuerza de lo que hacemos está puesta en las voces, en lo que decimos y en cómo lo decimos, en la fuerza que tienen las cinco voces cantando”, dice Nacho y Marce agrega que esta vez se quedaron con los ritmos bailables, como la cumbia, el reggae y la rumba. El trombón, a cargo de Germán, le da cierto timbre jazzero al sonido y esa sofisticación que destilan los vientos.

El mito del nacimiento de Onda Vaga crece a medida que lo van contando, cada vez aumentan los detalles del encuentro o los desfasan, porque ni ellos saben cómo fue. Se dice que en las playas de Cabo Polonio se juntaron a tocar cuatro de los cinco y se bautizaron Onda Vaga para rotular las carteleras de los barcitos esteños. “No queríamos ensayar, no queríamos hacer nada, sólo tocar y chuparnos todo toda la noche”, dice Marce. Tomi cuenta que el proyecto surgió porque creían que estaría bueno ir a fiestas, y que la banda sea maleable para transportarla hacia cualquier fiesta casera y vagoneta, según el rumbo de la noche. “En vez de irnos de joda, nos íbamos a cuatro fiestas distintas con el instrumento a tocar y terminábamos re borrachos”, dice Marce.

Onda Vaga tiene píldoras de humor en sus letras, que bien pueden confundirse con sentimiento y pasión. “Tendemos a banalizar todo, pero las letras son muy profundas. Me cago de risa porque la vida es así, te estás muriendo, pero estás viviendo también”, filosofa Marce. Uno de los covers que tocan es Como que no, de El Príncipe, y, como tantas otras del uruguayo, no se grabó nunca. Los vagos la rescataron de YouTube e hicieron una versión, por un lado, más uruguaya gracias a los arreglos de las voces; pero también más argentina, porque cambian la letra y cantan de acuerdo con los signos de la época: “Los pibes de la esquina se van para la placita, se fuman un paco y después oyen reggaetón, porque esperan que en el cielo esté el amor”.

(página12: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/no/12-3394-2008-05-18.html)



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